Toda empresa necesita un buen Growth Hacker. Tu jefe, aunque todavía no conozca el Growth Hacking, necesita un Growth Hacker. Y ¿por qué decimos que necesita un Growth Hacker, hablando por lo tanto del profesional y no del desempeño de una determinada tarea en una compañía? ¿Qué es primero, la profesión o el profesional que la practica? Para el caso del Growth Hacking la respuesta está clara. El Growth Hacking nace precisamente porque alguien buscaba profesionales diferentes, distintos al arquetipo “profesional del mundo del marketing”. Y para diferenciarlos le puso una etiqueta distintiva: “Se busca Growth Hacker”.
Por ello, antes de entrar en los tres motivos por los que cualquier jefe querría tener un Growth Hacker en plantilla, es obligado hacer un poco de repaso al origen del término.
El término Growth Hacker nace en 2010 de la mano de Sean Ellis
El término Growth Hacker nace en 2010 de la mano de Sean Ellis, que trabajaba en Sillicon Valley, especializado en buscar el crecimiento de start ups. Ellis se encargaba de ayudar a start ups a crecer en base de clientes, una vez establecido un motor de crecimiento emigraba a nuevas compañías pero, para no dejarlas huérfanas, dejaba a alguien al mando; en la búsqueda de esos perfiles empezaban los problemas. Buscando su sustituto para Dropbox, fruto de la frustración de seguir recibiendo currículum válidos pero no adecuados, nació el término Growth Hacker. Ellis necesitaba profesionales del marketing con habilidades técnicas y conocedoras de los “atajos” que ofrece el entorno digital, no le servían profesionales del marketing al uso. Buscaba ese profesional que como único objetivo de marketing tuviera el crecimiento y, como herramientas de trabajo, la creatividad y la analítica en el entorno digital. Ese era el Growth Hacker. Y hasta aquí este quesito de historia de la era digital.
El eslabón perdido entre los profesionales técnicos y los humanistas
El surgimiento de esta denominación entronca con nuestro primer motivo por el cual tu jefe, tu empleador actual o futuro, querrá que seas Growth Hacker. Tú, Growth Hacker, eres el auténtico profesional transversal. Qué bonito queda decir que Ellis buscaba a alguien que tuviera los conocimientos de un profesional del marketing y las habilidades de un programador. Pero paremos un momento aquí amigos, el profesional capaz de estar cerca de los insights de cliente y de las posibilidades técnicas de la era digital, ese profesional es el santo grial de las compañías actuales. ¿Por qué? Porque es el único capaz de hacer de visagra entre los que están cerca del cliente y los que diseñan la tecnología con la que nuestro cliente va a interactuar con nosotros. Insights de cliente en ceros y unos. Ese es el lenguaje que interesa dominar.
Orientación a resultados en un entorno complejo
Performance. Resultados. El Growth Hacker es el perfil orientado a resultados por excelencia y eso, a veces y por desgracia, es algo que escasea en el mundo del marketing tradicional. A la dupla ganadora: marketing y tecnología, un buen Growth Hacker le suma la parte analítica. El Growth Hacker es amigo de las métricas, las necesita y, aún mejor, prefiere una a dos. En la metodología del Growth Hacking pasamos del cuadro de mando a la OMTM, One Metric That Matters, y eso es con lo que cualquier directivo, apremiado en la era digital, sueña.
Por fin alguien que lleva el ritmo del entorno
Por último, algo que todos los profesionales deben tener, pero que para el buen Growth Hacker es condición sine qua non: agilidad. Si algo caracteriza el entorno digital es su velocidad. Veamos un método de marketing pre era digital utilizado por McDonalds. Tras la construcción de las carreteras interestatales decidieron poner un anuncio la salida de cualquier interestatal indicando la posición del restaurante más cercano, con métodos de Growth Hacking, como el de poner al final de todos los e-mails Hotmail PD. Te quiero, hazte una cuenta de e-mail gratuita. Llevamos algo así al entorno digital, poniendo el mensaje donde se posará la mirada de nuestros usuarios. Porque en la era digital no existen carreteras, son una ilusión. Peor aún, para cuando crees que has puesto tu anuncio en una ruta, cambian la ruta y el soporte donde te puedes anunciar, y por ese nuevo camino ni si quiera pasan las mismas personas. El Growth Hacker no solo tiene que descubrir ese nuevo camino, su ventaja reside en ser el primero en llegar allí antes de que la situación se normalice y se normativice. De ahí lo de Hacker. Así que, por fin, dirá el ejecutivo, por fin alguien en la compañía que va tan rápido como el entorno e incluso, a veces, más.
Por Olga Torras (@OlgaTorras),